Diferencia entre revisiones de «1976: Desaparición de las pesetas»
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Revisión del 08:46 23 sep 2018
El 12 de diciembre de 1976 se llegó a un acuerdo nunca visto, con el beneplácito del Ayuntamiento de Barcelona y la Federación de Asociaciones de Vecinos y Amigos de la Ciudad. Debido a los graves problemas de escasead de monedas de pesetas: la Compañía comunicó que a partir de ese día los billetes se entregarían con el pago de 10 pesetas -aunque costaba 9 ptas- y que esos billetes tendrían un valor de reembolso de una peseta por unidad.
Los billetes se podían cambiar por pesetas a través de correo certificado y en las oficinas de Relaciones Públicas:
- Rda. Sant Pau. 43,
- Viladomat, 4,
- Avda. Borbón. 12,
- Luchana, 102,
- Pl. Catalunya
y cabinas de Vigilantes:
- Pl. Catalunya (frene Banco Central),
- Pl. Orfila,
- Barceloneta (final de autobuses),
- Zona Universitària,
- Plaça Tetuan,
- Plaça Lluchmajor).
Era una medida provisional hasta no se adoptara una nueva modalidad de cobro por canceladoras y tarjetas multiviaje, que se preveía que fuera antes del 1 de abril de 1977 (en realidad llegó las tarjetas en noviembre de 1978).
A los pocos días, los Bancos y Cajas también se ofrecieron para realizar estas operaciones de reembolso de pesetas.
Estos reembolsos provocó la "pillería" de la gente que recogía los billetes del suelo y papeleras para que se le cambiaran por una peseta.
Corre el rumor que la desaparición de las "rubia" (que era el nombre en que popularmente se le conocía a las pesetas) fue debido a que una empresa del Pais Vasco se quedó con casi todas, debido a que las utilizaba como material de fundición y que al cambio le era mejor comprar pesetas como materia prima. El duro no tenía ningún valor "material", solo las pesetas, que fue las que desaparecieron.